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REVISTA CLINICAL INFECTIOUS DISEASES
Chagas: Los  niños infectados disminuyeron pero la transmisión congénita sigue siendo alta
Destacan la importancia del diagnóstico temprano


Si bien la proporción de niños infectados por Trypanosoma cruzi con signos clínicos ha disminuido desde la década de 1990, casi un tercio de los neonatos infectados con T. cruzi presentaron signos atribuibles a la enfermedad de Chagas congénita, pero ninguno estaba gravemente enfermo. Por lo tanto, la enfermedad de Chagas congénita sintomática no ha desaparecido y representa un problema significativo de salud pública no reconocido en zonas endémicas de América Latina.

Así lo sugiere el estudio "Toward Improving Early Diagnosis of Congenital Chagas Disease in an Endemic Setting" (Clinical Infectious Deseases, 65 (2), Página: 268 - 275, 2017), elaborado por London School of Hygiene and Tropical Medicine, United Kingdom;  Johns Hopkins  Bloomberg School of Public Health, Baltimore, Maryland; Universidad Peruana Cayetano Heredia, Lima, Perú; Hospital Universitario Japonés, Santa Cruz y Hospital Municipal Camiri, Plurinational State of Bolivia, entre otros.

Se estima que la transmisión congénita de Trypanosoma cruzi representa el 22% de las nuevas infecciones, lo que representa un importante problema de salud pública en América Latina. El tratamiento durante la infancia es altamente eficaz y bien tolerado, pero los ensayos actuales para la detección temprana no detectan más del 50% de los neonatos infectados y el seguimiento a los 9 meses es bajo.

Las mujeres que se presentaron para el parto en 2 hospitales urbanos del Departamento de Santa Cruz, Bolivia, fueron examinadas por prueba rápida. Las muestras de lactantes de mujeres infectadas fueron analizadas mediante microscopía (micrométodo), Reacción de Cadena de Polimerasa cuantitativa (qPCR, por sus siglas en inglés) e inmunoglobulina (Ig) M con antígenos excretados excretados (TESA) al nacimiento y 1 mes y por serología de IgG a los 6 y 9 meses.

Como resultado del estudio, entre 487 lactantes de 476 mujeres seropositivas, se detectó infección congénita de T. cruzi en 38 lactantes de 35 madres (7,8%). En sangre de cordón, las sensibilidades / especificidades qPCR, TESA-blot y micromethod fueron 68,6% / 99,1%, 58,3% / 99,1% y 16,7% / 100%, respectivamente. Cuando se combinaron los resultados de nacimiento y de 1 mes, las sensibilidades acumuladas alcanzaron el 84,2%, 73,7% y 34,2%, respectivamente. Se informó el bajo peso al nacer y / o el malestar respiratorio en 11 (29%) de los niños infectados. Los lactantes con signos clínicos tenían cargas parasitarias más altas y eran significativamente más probables de ser detectados por micromethod.

Como conclusión del trabajo se halló que la proporción de niños infectados por T. cruzi con signos clínicos ha disminuido desde la década de 1990, pero la enfermedad congénita sintomática de Chagas sigue representando un problema de salud pública significativo, aunque difícil de detectar. Los métodos moleculares podrían facilitar un diagnóstico más temprano y eludir la pérdida de seguimiento, pero siguen siendo logísticamente y económicamente prohibitivos para la detección sistemática en entornos con recursos limitados.

Las iniciativas exitosas de control regional han reducido drásticamente la prevalencia de la enfermedad de Chagas de un estimado de 18 millones en 1990 a menos de 6 millones de infecciones en 2015.

La región del Gran Chaco boliviano tiene la mayor seroprevalencia de Trypanosoma cruzi en el mundo. Allí la mayoría de los adultos están infectados, entre ellos el 20% -50% de las mujeres en edad fértil. Las mujeres infectadas continúan en riesgo de transmisión vertical a lo largo de sus años de procreación, manteniendo así el ciclo a través de las generaciones aún en ausencia del vector.

Sin tratamiento, el 20% -30% de las infecciones crónicas por T. cruzi evolucionan hacia cardiomiopatía irreversible, potencialmente fatal y / o enfermedad gastrointestinal y se supone que la infección congénita tiene el mismo riesgo a largo plazo.